martes, 30 de agosto de 2011

Padres y maestros: ¿divide y vencerás?

Los principales referentes adultos para un niño son sus padres y sus maestros.  Parecería coherente que ambos fueran de la mano, siempre en beneficio de la educación de esos niños (hijos y alumnos, respectivamente).

Sin embargo, en los últimos años (seguramente, décadas) algo ha estado pasando de forma y manera que se ha establecido un mal entendido corporativismo de padres frente a maestros, y viceversa.  Y los niños son niños, pero no tontos.  Hace poco leí una frase dicha por un maestro a unos padres, en la reunión de inicio de curso, que podría ilustrar esta idea: “si vosotros no creéis todo lo que dicen que pasa en el cole, yo no me creeré todo lo que dicen que pasa en casa”. Y sí, los niños aprovechan la ventaja de tener a padres y maestros enfrentados y desconfiando los unos de los otros.
Entiendo las necesidades de las familias y su dificultad de conciliación, pero también entiendo las necesidades de maestros de disponer de tiempo fuera del aula para preparar sus clases, y las necesidades de los niños de no tener jornadas “laborales” más largas que las de sus padres. Y todo ello sí que hay que conciliarlo. Como sea.
Durante muchos años hemos estado oyendo noticias de enfrentamientos (incluso físicos) entre padres y profesores. Pero ya empiezan a oírse voces sensatas, de padres y de maestros, que reclaman unidad y criterios compartidos para la educación de sus niños. Bienvenidas sean estas voces.  Y bienvenidos los primeros que decidan actuar, porque sólo con buenas intenciones no llegaremos a ningún sitio. El "divide y vencerás", en este caso, es la peor opción.
Una de las pocas iniciativas en este sentido que he visto es la de Alianza Educativa.
Aún no han empezado, están a punto. Pero habrá que seguirlos, para ver sus propuestas de actuación y sus resultados. Aquí os dejo el link a su blog. 
Ánimo.

bit 10 - sesión de estudio: lectura


Como los libros tienen letras, la única forma de “descifrar” lo que dicen es leyéndolos. Aprenderemos a leer buscando lo que necesitamos y aprenderemos a leer más rápido.  Cuanto más rápido leamos, menos tiempo nos llevará estudiar un tema.

En  casa revisamos lo que hoy se ha explicado en clase.  Aún lo tendremos “fresco” en nuestra memoria.

Ahora ya no hay que echarle un vistazo, ahora hay que leer esa parte del tema con atención.

Una vez que hemos leído con atención esa parte del tema, nos va a resultar muy muy fácil hacer los ejercicios.  Seguro que no nos lleva más de 10 minutos.


Hacemos los deberes: hacer los deberes al día nos va a ayudar a asimilar más fácil y rápidamente lo que se está explicando en clase.  Y si lo asimilamos mejor, nos costará menos estudiar.

Si cuando intentamos contestar una pregunta vemos que seguimos sin saber qué decir, volvemos a buscar la información en la parte que ya hemos leído e intentamos recordar lo que el profesor o la profesora ha explicado en clase.

Hasta aquí, ya has trabajado hasta 4 veces el mismo contenido, y no te ha ocupado más de 10 minutos cada día. Casi sin darte cuenta.

 
Consejos para leer mejor y entender lo que leemos:
  • Hay que pensar en lo que se está leyendo
  • Cada vez que llegues a un “punto y aparte” para y trata de explicarte con tus propias palabras lo que has leído.  Sobre todo: NO LO REPITAS IGUAL QUE EN LIBRO.
  • Sigue leyendo.

Sólo hay una manera de leer rápido: leer mucho.
 
Si leemos rápido, tardaremos menos en estudiar.
 

lunes, 29 de agosto de 2011

Toda una generación ha progresado adecuadamente.

El “Necesita mejorar” (NM) y “Progresa adecuadamente” (PA) aparecieron en 1981 con la aplicación de la Ley Orgánica Estatuto de Centros Escolares (LOECE), propugnando la evaluación continua para los ciclos inicial y medio.
Establecer la evaluación continua supuso una verdadera evolución, viniendo como veníamos de la Ley General de Educación de 1970. Esa evaluación continua hoy sigue vigente y nadie se cuestiona evaluar de otra manera. En todo caso, los métodos y herramientas.

Con la LOGSE (1990) se estableció la misma evaluación continua para el ciclo superior, y mantenía tanto el “progresa adecuadamente” como el “necesita mejorar”. Y así hasta la LOE de 2006.

25 años. Toda una generación.

Prácticamente todos los alumnos “progresaban adecuadamente”, puesto que se trataba de partir de los conocimientos y capacidades iniciales de cada alumno y ver cómo día a día iban incorporando nuevos procedimientos y/o conocimientos. No necesariamente, se evaluaba continuamente según la capacidad de cada alumno. Sólo en sus producciones.

Mal, muy mal hay que hacerlo para no aprender algo nuevo cada día. Incluso sin proponérnoslo.

Desde mi punto de vista, era un sistema injusto. Los que trabajaban mucho, se esforzaban mucho y aprendían mucho, obtenían el mismo resultado que el compañero de detrás, que se esforzaba poco y aprendía lo justito, aun pudiendo hacer más. Y eso no incentiva el esfuerzo personal (que levanten la mano los que, trabajando hoy en día, no sienten que deben dejarse la piel en su trabajo para alcanzar sus objetivos). Y, a lo mejor, ahora vamos justos de personas con capacidad de sacrificio, de trabajo y de superación personal.

Así, a lo mejor hemos criado una generación acostumbrada a conseguir sus resultados sólo por estar ahí. Una generación que, mientras estudió, siempre progresó. Y ahora se encuentran con que les cuesta mucho progresar y se preguntan porqué.  Es la misma generación que cree que tiene derecho a todo (porque para ellos siempre fue así), pero no siempre recuerda sus obligaciones (porque nunca se las exigieron). Una generación poco acostumbrada al esfuerzo y que cuando se ha encontrado delante de obligaciones adultas todo le molesta, porque “tienen sus derechos”: derecho a tener un trabajo sólo por tener más de 16 años; derecho a un sueldo digno, aunque la ejecución diaria de su trabajo no siempre lo sea.

Tal vez la tan cacareada falta de espíritu emprendedor en España se estuvo gestando durante 25 años, y no nos dimos cuenta. O sí nos dábamos cuenta pero nadie le decía al emperador que iba desnudo (y si alguien, alguna vez, lo dijo, se le hizo callar).

bit 9 - sesión estudio: explorar

Antes de empezar tema en clase, le echamos un vistazo en casa. 

Con esta actividad que no nos llevará más de 5 minutos ya hemos adelantado mucho trabajo.  El próximo día en clase sabremos de qué nos habla el profesor y podremos entenderlo mucho mejor.  También podremos hacerle preguntas.

¿Qué hay que mirar para “echar un vistazo”?
  • El índice del tema, si lo hay.
  • Los títulos
  • Los subtítulos
  • Las preguntas que nos hagan en los márgenes (podemos intentar contestarlas)
  • Las fotos e ilustraciones que aparecen en el tema
Con esta actividad que no nos llevará más de 5 minutos ya hemos adelantado mucho trabajo.  El próximo día en clase sabremos de qué nos habla el profesor o la profesora y podremos entenderlo mucho mejor.  También podremos hacerle preguntas.

Es importante que llevamos los deberes hechos.  Las explicaciones que dé el profesor sobre los ejercicios nos serán más fáciles de entender.

Si el profesor o la profesora pide que alguien conteste a las preguntas de los deberes o que salga a la pizarra a hacerlos, nos podemos presentar voluntarios.

• Si lo hacemos bien, el profesor verá que hemos trabajado
• Si no nos sale bien, el profesor nos lo explicará directamente a nosotros, y seguro que eso nos ayuda a entender lo que nos faltaba.  Será como una explicación particular para nosotros solos.

Si te das cuenta, aún no nos hemos puesto a “aprender” nada de memoria.  Pero ya sabes muchas más cosas de las que sabías, y casi sin esfuerzo.

Practica:  échale un vistazo a una página de un libro de texto. ¿Qué puedes explicar sólo con echarle un vistazo?

viernes, 26 de agosto de 2011

7ª carencia: la burocracia incoherente

A pocos días de empezar el curso me ha venido a la cabeza la cantidad de papeles que va a haber que rellenar para la Administración. Como cada año, vaya. Y, este curso, además, recuerdo la campaña electoral del partido ahora en el Govern, donde decían que los maestros tenían que dedicarse a la docencia y no a la burocracia. ¡Precioso!

Lo mejor es cuando te piden la misma (MIS-MA) información por tres vías diferentes.

La primera de estas vías es un Word infumable donde hay que rellenar de todo. Lo mejor es que estoy convencida que en el Departament nadie, pero nadie, puede hacer nada con la información de ese documento de aproximadamente un centenar de páginas. Es un Word, por el amor de Dios! ¿Qué datos extraen de ahí?

Y claro, como en Word no se puede gestionar nada, te envían unos links a algo que parece Access, para volver a rellenar algunos de esos datos. En dos aplicaciones diferentes.

Me está subiendo la presión arterial. Sigo.

Vuelvo al archivo Word. Entre otras cosas, hay que entregarlo físicamente (ein?) y dentro de ese documento hay unas páginas que, previamente, han tenido que ser firmadas y autorizadas por el EAP de turno (para lo cual, alguien del centro se ha tenido que desplazar y tomarse sus horas). Toma ya sociedad de la información, nuevas tecnologías y ADSL.

También hay que comunicar toooodos los horarios, curso  por curso, grupo por grupo y profesor por profesor. ¿Quién se los lee? ¿Para qué necesitan esa información con la que, casi seguro, no pueden hacer nada? Y luego sintetizas materias y cursos y declaras el número de horas por curso /ciclo/ etapa que se imparte de cada materia.

Y en este punto es donde a una se le quitan las ganas de seguir burocratizando. ¿Por qué? Pues porque lo que hay que declarar son “horas de materias” pero nos piden programar y organizar por Competencias Básicas.  Lo siento. No me lo creo. Si de verdad quisieran que se trabajara por Competencias, ¿por qué harían hacer horarios con casillas estancas? ¿Para que nos las saltemos? Y si es así, ¿para qué quieren conocer los horarios de cada centro escolar?

El curso que el Departament pida las horas dedicadas por curso/ciclo/etapa a cada Competencia Básica, entonces me creeré que de verdad están buscando el cambio en la educación de este país.

Mientras tanto, sigo rellenando papeles. Y como yo, todos los colegios de Cataluña.

jueves, 25 de agosto de 2011

bit 8 - pautas para los padres: gestionar el error

De los errores se aprende. 

Ante un suspenso o una nota inferior a la esperada, el estudiante no debe hundirse, habrá más oportunidades para mejorar.

Analizamos con él lo que ha pasado y se trata de corregir para la próxima vez.  Para ello, el niño ha de ser capaz de admitir sus fallos ya que el buscar otros responsables que no sean él mismo (era difícil, el profesor...) no le va a llevar a la mejora.

bit 7 - pautas para los padres: ley mínimo esfuerzo

Muchos niños creen suficiente ir pasando, no se plantean resultados brillantes, lo que les deja sin margen de seguridad.

Si el niño se prepara para un 8, en caso de que el examen salga mal (a veces pasa) al menos conseguirá llegar a un 5 ó 6 y estará aprobado.  Si, por el contrario, se prepara para llegar al 5, en el caso de que el examen le vaya mal, puede acabar fácilmente con una nota de 3 ó 4. 

bit 6 - pautas para los padres: empezar por...

Como si de hacer ejercicio se tratara, hay que "calentar".

Conviene empezar por algo que al niño no le resulte ni muy difícil ni muy fácil.

En segundo lugar, se abordará lo difícil (ya se ha “precalentado” y el nivel de concentración ha subido).

Por último, se hará lo que resulte más fácil (puesto que ya puede aparecer el cansancio, es mejor hacer algo que no acabe de agotar al niño).

miércoles, 24 de agosto de 2011

bit 5 - Pautas para los padres: los distractores

Las habitaciones de los niños se han ido llenando de gadgets y, aunque sean una generación acostumbrada a la multitarea (actúan en facebook mientras escuchan música y leen sms), a la hora de estudiar aún no se ha demostrado que esto sea efectivo.

Si el niño no es capaz de controlarlo, en su habitación de estudio no debería haber elementos que le puedan distraer.  Por supuesto que el comedor, con la tele encendida y gente pasando o hablando no es un buen lugar para estudiar.  Así, el mejor sitio será su habitación y habrá que controlar que no haya / no utilice:

   • Televisor
   • Música (especialmente con letra)
   • Ordenador (redes sociales, chats...)
   • Consolas y videojuegos
   • Teléfono móvil

De hecho, poder utilizar alguno de estos elementos cuando haya terminado de estudiar puede ser una buena recompensa al trabajo hecho.

No sirve de nada pasar una hora encerrado si esa hora no se dedica a estudiar.  Por ejemplo, si el niño quiere ver un partido de fútbol e intenta estudiar al mismo tiempo en el comedor, al final no habrá hecho ni una cosa ni otra.  Tal vez será mejor ver el partido y recuperar en otro momento el trabajo que había que hacer.

En general, si se aprovecha bien el tiempo de estudio, el tiempo que queda para las aficiones se incrementa

6ª carencia: El currículum o cómo los niños viven el día de la marmota

Hablando con amigos, muchas veces me han explicado que sus hijos se aburren en el colegio.  Y hablando, hablando, resulta que los profesores se dedican (¿nos dedicamos?) a repetir durante toda la Primaria lo mismo, curso tras curso, y les hacemos vivir siempre lo mismo, como el personaje de Bill Murray en la película “Atrapado en el tiempo”.

La gramática, la ortografía y las matemáticas, por ejemplo, son un aprendizaje acumulativo, como el tetris (esta analogía la leí hace algunos meses y creo que es la mar de gráfica).  Es decir, para explicar algo nuevo hay que tener consolidados unos aprendizajes anteriores, como en el tetris: ir completando bien las líneas inferiores, sin que te queden huecos, para no tener problemas cuando vas llegando a las líneas superiores. Si en los dos primeros cursos no se ha aprendido bien a restar y a multiplicar, mal se podrá aprender a dividir en el tercer curso.

Hasta aquí todo tiene su lógica.

El problema llega cuando una minoría de alumnos, sin dificultades específicas para aprender, no han llegado a estudiar completamente las tablas de multiplicar en segundo.  Pero como al principio de tercero hay que empezar recuperando los aprendizajes del curso anterior (un aprendizaje reciente que no se practica tiende a perderse) se dedica algunos días al repaso de las tablas de multiplicar. Seguimos yendo bien. Pero aquellos que no las estudiaron en segundo a lo mejor ahora deciden que tampoco las estudian. Y esto puede seguir así hasta la ESO. Y los profesores, año tras año, por esa minoría de alumnos y por no dejar a nadie por detrás, vuelven al estudio de las tablas. Se las ponen con música, con aplicaciones en ordenador… y nada. Y mientras tanto, los alumnos que ya las aprendieron años atrás siguen aburriéndose con algo que tienen más que superado.

El caso de la gramática es parecido: los contenidos se presentan en una espiral, de forma que en cada Ciclo se enseñan los mismo conceptos ampliando cada año un poquito más. Así, en los dos primeros años, aparece el nombre, aparece el adjetivo, los artículos, la concordancia, la frase… y todo ello volverá a aparecer año tras año (bien es cierto que junto a nuevos conceptos).

En los dos primeros años, los niños parecen interesados.  Después, llegan a tercero y ya están “atrapados en el tiempo”: un buen día el profesor dice que van a trabajar el nombre. ¡Zas! Aquí ya hay al menos diez niños que piensan “ah, eso, el nombre” y desconectan. Y en cuarto será igual, y en quinto… ¿No os aburriríais vosotros?

Y con la ortografía, parecido. Y con el conocimiento del medio, tres cuartos de lo mismo.

A ver si con la renovación de la enseñanza sólo nos estamos quedando en la innovación en herramientas. Pero las herramientas sólo son eso: herramientas para hacer algo (aprender).

¿Qué tal darle una vuelta al currículum, los saberes que propone transmitir y su secuenciación durante toda la Primaria? A lo mejor nos sorprendíamos.

Los niños quieren aprender. Vigilemos, no vaya a ser que seamos maestros y políticos (que hacen las leyes que contienen el currículum) quienes estamos alejando a los alumnos de su instinto de aprender.

martes, 23 de agosto de 2011

bit 4 - Pautas para los padres: ambiente

Habitación bien ventilada.

Evitar temperatura alta.

Iluminación: es mejor la luz del sol que la artificial pero los horarios no suelen permitir trabajar con luz natural; así, la luz general de la habitación deberá estar encendida y deberá haber una luz sobre la mesa.  Esta luz de sobremesa estará a la izquierda del niño si éste es diestro, y a su derecha en el caso de que sea zurdo.

Lugar de estudio ordenado: conviene retirar todo lo innecesario de la mesa de forma que el niño pueda ver una superficie despejada; en el momento de ponerse a estudiar sólo deberá haber lo necesario:

          Libro
          Hojas o cuaderno
          Estuche con todo lo necesario

Las cosas que pueda haber en la mesa se pueden apartar durante el tiempo de estudio (por ejemplo, encima de la cama).

bit 3- Pautas para los padres: organización

Establecer para cada día el momento en que se estudiará y trabajará en los deberes.

Establecerlo junto al niño, que sea acordado y se convierta en un compromiso.

Marcarlo en un horario y que el niño pueda verlo.

Ha de ser  realista: no sirve de nada marcar 3h. diarias de estudio si no se va a poder respetar.

Flexibilidad: no ha de ser cada día a la misma hora pero sí que deberá mantenerse y respetarse cuando el periodo se haya establecido.

Atención a los días de actividades extraescolares: dependiendo del tiempo que quede libre en casa, ese día podrá dedicar menos tiempo al estudio, pero se puede aumentar unos minutos el resto de días.  Si al cabo de un tiempo se comprueba que no se puede seguir la pauta, hay que modificar el horario. Si es una extraescolar académica, ese día puede no trabajarse en casa.

Es mejor sesiones cortas todos los días, que una o dos sesiones largas a la semana.  Ello le ayudará, además, a establecer su rutina de trabajo, y en menos de un mes debería ser natural para el niño dedicar ese tiempo a su estudio. Los más pequeños, con unos 20-30 min. al día, deberían tener suficiente.

Son necesarias pequeñas pausas.  Con 3 ó 5 minutos cada media hora o cuarenta minutos, es suficiente.  Hasta para un adulto es difícil mantener la atención en la misma tarea más de 45 min.  Inicialmente, deberán ayudar al niño, avisándole de cuándo es el momento de la pausa y cuándo debe retomar el trabajo.  Una vez tenga adquirido el hábito del estudio, él mismo podrá controlar sus pausas.
 

lunes, 22 de agosto de 2011

bit 2- normas

Normas básicas para intentar ser lo más efectivos posible. Hasta que se crea el hábito y se establecen las rutinas, los niños necesitarán la ayuda de los padres.

Los distractores (ordenador, móvil, consolas, tele...) pueden ser una buena "recompensa" en las pausas o al finalizar lo programado para cada día.

bit 1- antes de empezar

Lo primero que hay que enseñar a los niños antes de enseñar a estudiar.

domingo, 21 de agosto de 2011

Prohibido memorizar

En clase, en Primaria, me gusta utilizar todas las herramientas cercanas a mis alumnos y que me puedan ayudar a explicar cualquier conocimiento que necesite transmitir en un momento dado. También me gusta utilizar gadgets tecnológicos si veo que tienen aplicaciones didácticas en una determinada situación.

En clase he usado la Nintendo DS (hay unos juegos matemáticos fantásticos para que mis alumnos sumen y resten el equivalente a cuatro cuadernillos de operaciones, sin prácticamente darse cuenta; los hay para trabajar la lógica...). He usado apps de mi iPhone para adaptar las matemáticas en casos de discalculia y de dislexia (para estos casos, hay una app llamada DislexiaApp que no tiene desperdicio). La metamorfosis de una mariposa puedes verla en fotos pero no es lo mismo que verla en directo aunque esto requiere de semanas y de tener los gusanos de seda en clase, o puedes utilizar cualquiera de los miles de vídeos que hay en YouTube y así, en minutos, solucionas este “asuntillo”.

Podría seguir.

Pero (y aquí viene la blasfemia) también creo que hay conceptos y aprendizajes que hay que memorizar.

Las librerías se están llenando de libros del tipo “Mejore su memoria” y salen aplicaciones para consolas como si fueran setas en otoño para mejorar nuestra memoria. Y, en cambio, se nos quiere hacer creer que la escuela no debe hacer memorizar.

Algún funcionario del Dpt. d’Ensenyament de la Generalitat dijo una vez: “más interesante que el que los niños memoricen huesos del esqueleto es hacerles sentir la inquietud de buscar esa información si alguna vez la necesitan; si alguna vez se rompen un hueso, y el médico les dice que se han roto el radio, que tengan las estrategias para saber dónde buscar qué es el radio y dónde está”.

Me quede sin palabras.

¿Es malo memorizar algunos conceptos? Por ejemplo, las tablas de multiplicar, los huesos o provincias o comarcas, los verbos, el abecedario…

Yo no me imagino a mí misma sacando la calculadora en el súper para saber que me gastaré  13.8€ si compro 12 brics de leche a 1,15 cada uno (juro que acabo de hacer el cálculo ahora mismo, tal cual escribía). Agradezco a mi maestra de 2º de EGB que me hiciera memorizar las tablas de multiplicar.

sábado, 20 de agosto de 2011

En Primaria, ¿sólo últimas tendencias?

Me han dicho hasta la saciedad que para poder elegir hay que conocer. Y me lo he creído porque me ha parecido de sentido común.

Apliquemos este principio a todos los ámbitos de la vida.

¿Podemos decidir que el melón es la fruta que más nos gusta si sólo hemos probado el melón? ¿Podemos decidir que no nos gusta jugar al fútbol, al tenis o hacer atletismo si sólo hemos jugado al baloncesto? Sin habernos informado o leído sobre las disciplinas a nuestra disposición en las diferentes Universidades, ¿podemos decidir que lo único que nos gusta es la ingeniería?

Pues ése es mi punto de vista respecto a la aplicación de las diferentes metodologías en un aula de Primaria.

Creo que los maestros no haríamos un buen trabajo si únicamente ofreciéramos a nuestros alumnos una única forma de aprender y trabajar. Necesitan conocer y probar para poder decidir, tanto ellos como sus profesores, la forma que mejor se adapta a cada uno para aprender y obtener los mejores resultados.

Con ello quiero decir que el aprendizaje colaborativo es fantástico, y aporta una serie de habilidades a los niños que lo practican. Y que la utilización de las TAC es fabulosa para ello.  Pero el trabajo por rincones también. Y la experimentación. Y que poniendo al alcance de nuestros alumnos diferentes herramientas les vamos a permitir conocerlas y valorarlas, tanto en su utilidad como en su facilidad de acceso.

Los ordenadores en el aula (sea uno para todos o cada uno con el suyo) son geniales y ofrecen posibilidades y materiales que en un curso académico los niños no serían capaces de acabarse. Y para muchos éste es su "hábitat" natural (para muchos otros, todavía no).

Pero los más pequeños también necesitan manipular (están acabando de afinar su psicomotricidad fina) y su pensamiento es aún muy concreto, muy ligado a la realidad, y por ello necesitan “tocar” todo aquello que se les intenta mostrar (hasta cosas tan abstractas como una suma y una resta).

En el futuro, además, es posible que alguna vez deban enfrentarse solos a algún problema (del tipo que sea) y no habríamos hecho un buen trabajo si alguna vez no les hubiéramos enseñado a pensar y a situarse ellos solitos delante de una situacion o de una tarea, más o menos compleja, para pensarla, darle vueltas y buscar las diferentes vías para su resolución. Para que aprendan que, si se ponen, son capaces.  Sin demonizar el trabajo individual.
Y también mirando al futuro, no hay que olvidar que las pruebas que podrían ser decisivas para sus vidas, no están orientadas a su ejecución en colaboración (estas incongruencias de la Administración…): en una selectividad los alumnos no tienen acceso a ordenadores para buscar, seleccionar y elaborar información, ésta deben llevarla en sus cabezas. Tampoco les dejan debatir las cuestiones entre todos los presentes y elaborar unas conclusiones.

Así que, ¿por qué no nos volvemos un poco eclécticos y vamos cogiendo de aquí y de allá, y aplicamos las metodologías y usamos las herramientas que mejor se adapten a cada fin que nos planteemos en el aula?

martes, 16 de agosto de 2011

PIR (profesores internos residentes)

Durante este verano se ha venido hablando de  propuestas para mejorar la formación inicial del profesorado, y una de ellas ha sido la de los PIR (aún no existe ni el nombre ni las siglas, así que adopto PIR por analogía con los MIR -médicos internos residentes-).

Se propone un periodo, más o menos largo, tras la licenciatura o grado en que el nuevo maestro imparta clases, a modo de práctica o prueba. Se propone que deberían cobrar un salario, porque estarán realizando un trabajo. Y se propone que puedan disponer de tiempo para elaborar sus proyectos y memorias.

Al mismo tiempo, algún profesor con experiencia debería tutorizar esta práctica remunerada porque, claro, si no estaríamos hablando de un contrato basura y no de un periodo de aprendizaje remunerado.

Los MIR, durante su residencia, aprenden y practican los procedimientos estandarizados del diagnóstico y tratamiento de enfermedades. De ahí su utilidad y validez. En la docencia eso no existe (¡y Dios no lo quiera!).

Como me dijo una vez un auditor de sistemas de calidad: “en la formación hay mucho factor humano”, reconociéndome las dificultades -que no imposibilidad- de su gestión y análisis certeros.

Así, toda esta propuesta me provoca varias dudas, a saber:

1-Si se considera que hay que pasar este periodo de práctica para llegar a ser un buen docente, se podría pensar que el maestro que imparte clases en el periodo de “residencia” todavía no es un buen profesor y eso querría decir que habría “damnificados” (sus alumnos).

2-¿Todas las familias estarán dispuestas a dejar el aprendizaje de sus hijos en manos de un “inexperto” declarado?

3-¿Quién elegirá a los tutores de los PIR? ¿Y bajo qué criterios? El “cada maestrillo tiene su librillo” existe y habría que ver qué es lo que se pretende hacer practicar al “residente”: ¿se tratará de un tutor que defiende las clases magistrales y el estudio memorístico, el trabajo cooperativo, partidario del libro de texto, no partidario, diseñador de actividades TIC, mero buscador y aplicador, de los que hacen evaluaciones iniciales…? Las modalidades podrían llegar casi al infinito. Y dependiendo del quién, el qué y el cómo ese es el docente que estaremos preparando.

Quizás lo que hay que hacer es intensificar las prácticas durante la carrera, dotarlas de un contenido real y que los profesores en ejercicio que eligen tener alumnos de prácticas acepten la tutorización por parte de los profesores universitarios que envían a los futuros maestros a los colegios, dejando que estos apliquen lo que ellos les pautan o aprueban.

De paso, los últimos conceptos en educación entrarían en las aulas ordinarias y sería una nueva modalidad de formación continua del profesorado en activo.

lunes, 15 de agosto de 2011

Formación inicial del profesorado y fórmula 1.

Ya hace tiempo que muchos de los diferentes colectivos relacionados con la educación se plantean que para cambiar la educación hay que empezar por cambiar la formación inicial del profesorado (también la continua pero ese es otro tema).

En esto están algunos maestros, algunos profesores universitarios, algunos pedagogos, algunos padres e, incluso, algunos políticos.

Con todos estos mimbres, casi seguro que será muy difícil construir un nuevo modelo en el que aprender a ser maestros y profesores porque cada colectivo e, incluso, cada persona dentro de cada colectivo tiene en su cabeza su propio modelo idóneo de renovación de la educación.

De momento, casi lo único que se nos ha ocurrido ha sido pasar de las antiguas diplomaturas de 3 años a los nuevos grados, de 4. Vale.

Las didácticas generales y de las diferentes áreas (lenguas, matemàticas, biología…) deben seguir impartiéndose pero aquí podría entrar el “matiz”: los alumnos siguen tomando apuntes. ¿Cómo se puede preparar maestros que hagan las cosas de otra manera si lo que se les sigue enseñando es a estar sentados, escuchando -o no- y tomando apuntes que se pueden traspasar y fotocopiar de unos a otros?

En estas materias es donde las facultades deberían poner a disposición libre y abundante todas las herramientas que hoy pretendemos que estén en las aulas de Primaria. Y enseñar qué hacer con ellas. Y proponer que los alumnos diseñen sus actividades reales y poder aplicarlas después en aulas con niños de verdad (da igual si el alumno que ha desarrollado la actividad la aplica, o le da a un maestro en activo la herramienta para que la pruebe, la valide y la evalúe; yo casi, me oriento a esto último). Aquí estaría la gracia: empezar desde la facultad a preparar materiales reales (enseñanza-aprendizaje y evaluación) y, tal y como hacen los alumnos de diseño, preparar el portafolio de materiales y actividades desde la facultad, y que esto forme parte del posterior CV para empezar a ejercer (en la pública o en la privada).

Sin embargo, lo que se sigue proponiendo es:

-Pon codos sobre la teoría que YO te explico pero cuando consigas trabajar como maestro, no lo hagas así.

-¿Y cómo lo haré?.

-Aaaah, sorpresa.

Pero, con los recursos actuales en aún demasiadas escuelas, formar así a los futuros maestros sería como aprender a conducir un F1 en la autoescuela para conducir después el viejísimo coche de cuarta mano que te espera en el garaje de tus padres…

Actualización de curriculum y herramientas en la facultad, sí por favor. Pero también recursos para adecuar todas las aulas de Primaria a las nuevas formas de trabajar porque ir "pa ná" es tontería.