miércoles, 29 de febrero de 2012

El mismo libro para todos.

Los adultos lectores elegimos nuestros libros. La razón para elegir cada uno de los libros que hemos leído ha sido diferente, pero la última palabra la tenemos nosotros mismos. La elección del libro a veces la hacemos revolviendo en una librería, a veces por el título y otras después de haberlo ojeado levemente. En otras ocasiones, seguimos las indicaciones de libreros o de críticos…

Hablo de los libros que leemos por el placer de leer, no de aquellos que estamos obligados a leer por estudios o por trabajo. Estos, a veces, se nos hacen más cuesta arriba (no siempre).

A los niños (lean poco o mucho) son otros quienes les eligen los libros. Normalmente, profesores (otras veces, los padres). Toda una clase va a leer el mismo libro. Nosotros hemos elegido lo que les va a gustar.

Sabemos que no gustará a todos,  aunque nadie puede acusar a un maestro de buscar libros aburridos. Sin embargo, todos los niños de una clase llevan los mismos libros.

Y para los niños con los que no hemos acertado, la lectura de ese libro se convierte en una especie de castigo.

Los adultos somos muy selectos con nuestras lecturas, porque nuestro tiempo es escaso y, por tanto, valioso. A los niños les damos lecturas obligadas.

La mayor parte de las veces va a funcionar mucho mejor dar opciones y que sean los mismos niños quienes elijan sus lecturas. El maestro indica, explica los argumentos, los presenta, remarca el tipo de ilustración, intenta hacerlos atractivos, “vendérselos”…  Los libros están en la biblioteca de aula y los niños van elaborando sus criterios para elegir lecturas. Solo hay que dejarles probar y que puedan ver por ellos mismos si lo que les habíamos sugerido cumple las expectativas que se hayan podido crear.

En casa también funciona. Dar la opción de elegir. Cada uno según sus gustos e intereses. Les hemos de ofrecer la posibilidad de descubrir lo que les gusta y lo que no, por ellos mismos. Y, tanto en casa como en el cole, si escuchamos sus opiniones sobre lo que han leído, vamos educando su criterio.

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